Lo descubren por su ADN en un cigarrillo

La ciudad de City Bell, en la provincia de Buenos Aires (Argentina) se vio sacudida por un grave incendio en la vivienda del carpintero Carlos Wagner, de 69 años. Después de una difícil tarea, los bomberos encontraron el cuerpo carbonizado del dueño de casa. La autopsia reveló que su muerte no había sido provocada por el fuego o el humo, sino que había sido víctima de asesinato a cuchilladas en el pecho.

Al mismo tiempo que los bomberos eran notificados del incendio, una patrulla policial detuvo a dos jóvenes cerca de la casa de Wagner que arrastraban pesadas bolsas. Los policías comprobaron que los dos jóvenes llevaban herramientas y máquinas de carpintería. Al tratar de explicar lo que estaban haciendo, ambos se contradijeron por lo que fueron llevados al destacamento policial.

En poco tiempo los investigadores del caso ataron cabos y la relación entre ambos hechos era más que evidente: los jóvenes no pudieron explicar en forma convincente su coartada y se comprobó la falta de herramientas y máquinas del taller del carpintero. Estas y otras evidencias llevaron al fiscal a determinar el procesamiento de los acusados del asesinato de Wagner. Sin embargo, el incendio hizo desaparecer todo tipo de evidencia directa como huellas digitales o cabellos, haciendo más difícil establecer la culpabilidad.

Sin embargo, a través de una revisación minuciosa del lugar después del incendio los detectives encontraron una colilla de cigarrillo de la cual se pudo obtener una muestra de ADN que se utilizó para extraer un perfil genético. Dicho perfil se comparó con ADN de los acusados, de Wagner y de otras personas que podrían haber estado en el lugar, como vecinos y amigos de la víctima. El resultado del estudio mostró que el patrón genético de la muestra era idéntico al de uno de los dos acusados y permitirá a la fiscalía presentar una prueba de la presencia del acusado en la casa de Wagner el día del homicidio.